
Veo una niña llena de tierra y papalote,
olor a leche bronca a las seis de la mañana.
Ella habla con el musgo que se adhiere a la montaña
y se ríe de los Chinelos cuando bailan su esperanza.
En su galopar por las estrellas,
sudan ella y cuaco los caminos
y la música comienza,
cuando revientan los casquillos en el río.
Y está la abuela que es de todos
repartiendo café dulce,
las chalupas con manteca
corazón bajo la lumbre.
comal cenizo,
azul que arde...
Y está la lluvia,
y su caer en cascada,
y la niña danza
como si fuera un pececito con alas.
(Sibila, recuerdos de infancia.)
"La aparición del disco Camposanto (Producciones P&P) es un acontecimiento formidable. En siete obras de excelencia, Sibila de Villa (saxs soprano y alto, flauta transversa) despliega oficio, imaginería, originalidad y alta calidad en colaboraciones con algunos de entre los mejores músicos de jazz mexicanos. Desde el mero inicio es evidente la vocación de crear sonidos que
generan atmósferas que inducen emociones que vierten discursos más allá de la
melodía, para aposentarse en la creación musical en sí, que de eso trata el arte
de los sonidos y los silencios. Destacan el piano de Héctor Infanzón, el violonchelo de Alvaro Bitrán, el contrabajo de Agustín Bernal y un organillero en una creación alucinógena. Un álbum notabilísimo, pleno de magia y encanto. Imprescindible."